Milton Erickson y la Fobia a las Naranjas

Milton Erickson y una fobia a las naranjas

Fue a mediados de los 70 cuando dos investigadores John Grinder y Richard Bandler se dieron a la tarea de investigar como ciertas personas podían solucionar problemas que de otra forma no tenían solución, así se dieron cuenta que ellos usaban el lenguaje de una forma especial, y que estaban atentos a ciertos movimientos oculares, y la forma de expresarse, uno de ellos, llamado Milton Erickson. Erickson se dio cuenta de que las personas experimentaban respuestas físicas a muchas experiencias, y aunque el recuerdo podía borrarse, la respuesta corporal no

En una ocasión estando en una fiesta se le acerco una mujer quien padecía de una fobia a las naranjas que estaba coartándola en su vida, si iba al supermercado y pasaba por la sección de naranjas y las veía, inmediatamente comenzaba sentir nauseas y vómitos, ni siquiera podía pensar en naranjas, a pesar de que en una época de su vida su bebida favorita era el zumo de naranjas, hasta que un día esta mujer empezó a sentir fuertes dolores intestinales, con lo cual decidió tomar aceite de ricino junto con jugo de naranja, más tarde le comenzaron a dar nauseas, y estuvo vomitando por horas, con eso no solo perdió el gusto por el jugo de naranja, ya ni siquiera podía pensar en ellas.

En una reunión se acerco a Erickson y le dijo ¿me puede ayudar?

Entonces Erickson la regreso hasta dos años antes del terrible incidente, época en que le gustaba el jugo de naranja, estando ella mentalmente en esa época con varios amigos, de pronto, todos decidieron refrescarse, ¿cómo? Tomando jugo de naranja, total, ella en esa época le fascinaba, con lo que se unió al grupo, luego Ericsson le dijo ¿no recuerde nada?

Y la mujer continuo en la reunión pasándose la lengua cada tanto, como sintiendo el jugo de naranja.

Erickson fue uno de los modelos en los cuales se baso la PNL.

Tome un recuerdo, o una experiencia negativa, aléjela en su mente, y pásela como película hacia atrás, con esto recodificamos la experiencia para nuestro cerebro.

Tome un problema imagine que arruga ese problema, lo lanza al tacho de la basura, y le enciende fuego.

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