Recientemente hablaba sobre como los objetos gastan energía, pero hay un tipo de energía que inclusive es más poderosa que la de los objetos.
Cuando algo no nos gusta, cuando estamos disconformes, esto gasta una energía que no porque no se pueda medir no afecta, al contrario, un pensamiento frecuente en nuestra mente es una de las cosas más desgastaste que existe, a veces salir a caminar, hacer ejercicio, o afrontar el hecho y tomar una decisión es lo que necesitamos para deshacernos de ese pensamiento,.
Una vez una mujer joven tenía la obsesión de que cuando caminaba por la vereda sus pies tenían que dar justo con la línea de los bloques de la vereda si no pensaba que alguien se podía morir, trabajando con este asunto al final se libero de esa obsesión, de ese pensamiento fijo, y todo mejoro en su vida, incluso subió sus notas, toda la energía mental que le consumía esta actividad obsesiva se volcó a otras cosas y su vida mejoro notablemente. La energía mental es la más poderosa de las energías.